Los Caballos Españoles, también conocidos comúnmente como caballos andaluces debido a la asociación con la escuela de formación real en Jerez de la Frontera, Andalucía. Sin embargo, el término correcto para la raza es “Caballo Español”
Los orígenes de la raza se remontan a un proyecto de cría real en 1572 bajo las órdenes del rey, donde la descendencia se marcaba con un hierro real como señal de su calidad. El resultado del proyecto, que creó una de las razas puras más antiguas del mundo, fue tan extraordinario que estos caballos se mantuvieron para el uso exclusivo de la Corona y para dar como regalo a los reyes y nobles.
El caballo español, en consecuencia, se hizo mundialmente famoso por sus cualidades excepcionales. Se convirtieron en el símbolo de un imperio y una cultura que fue capaz de lograr lo que todo el mundo estaba buscando, el caballo perfecto.
El Caballo Español es particularmente deseable por su rápido aprendizaje y por su boca suave, que crea obediencia y una comodidad y compatibilidad excepcional con el jinete. Son ágiles, cadenciosos y realizan los movimientos más altos como el piaffe y la Doma con facilidad.